Tercero segunda
Cada vez que es recordado mi tercer año de secundaria necesariamente viene una sensación angustiosa. Y esa sensacion tiene que ver, ni más ni menos, que con la muerte.
Tercer año comenzó con la amputación de una parte de mi división. Momento de vértigo en la historia de mi grupo que a los cinco minutos de haber sucedido se convirtió en alivio y relajo.
Ese año era mi intención usar algunos de los bancos que se colocaban junto a otro para poder sentarme "con alguien". Al ingresar al aula los planes de algunos se habían modificado producto de la nueva conformación del curso: menos gente, grupo más homogeneo. Yo no tenía planeado sentarme con nadie en particular pero en el revoleo quedé solo. La verdad que lo único que me preocupaba era ser desterrado a ese flamante injerto llamado 3ro 3ra. Incoroporarse a una división sin pasado (o con pasado fragmentado) podría haber traído, tal vez, algún beneficio. Nada de ganas tuve de comprobarlo y agradecí estar sentado solo pero en el grupo donde quería estar. Por primera vez desde 7mo grado que un inicio de clases no traía mayores inconvenientes.
Me senté en uno de los últimos asientos de una de las filas dobles. El banco a mi derecha estaba vacío. Adelante mio estaban el Cafiu y Lancha. Lo que hacía muchas veces era rotar por los asientos de los que habían faltado. Casi todos los lunes me sentaba en los asientos que solían dejar libres Marcela o Fabiana cuando sus domingos en La Casona las dejaban extenuadas.
La muerte nos acompañó desde el inicio en la currícula. En Castellano nuestras lecturas nos hablaban de la muerte todo el tiempo: las Coplas por la muerte de su padre de Manrique, uno de los poemas más bellos de los que escribió García Lorca: el Romance de la luna luna que habla de la muerte de un niño, el cuento VI de La Sala de Espera de Eduardo Mallea donde al personaje principal (Isolina Navarro) se le iban muriendo todos a su alrededor para finalmente ella morirse virgen, El Matadero, El General Quiroga va en coche al muere, en fin: parca para todos los gustos.
Pero no fue solo una cuestion curricular. Ese año fue la Guerra de las Malvinas, saludada desde el primer dia con un altisonante discurso de La Negra en el patio en el cual no se privó de nada a la hora de elogiar a "nuestras fuerzas armadas". Las radios "descubrían" el rock nacional convirtiéndose éste en casi el único efecto colateral de la guerra que era positivo.
De todos modos nada tocó tanto nuestro espíritu adolescente como la muerte de uno de nuestros compañeros. En medio de la excursión del dia de la primavera se nos fue Miguel Angel. Ya venceré la resistencia que desde que abrí este blog tengo para escribir puntualmente sobre ese tema.
Fue un año de pasaje. Instrucción Cívica empezó el año siendo una materia que nos hablaba de un país inexistente. Aprenderse el proceso de formación de leyes, diferenciar la cámara de origen de la cámara revisora era ridúculo cuando las leyes las hacían tres tipos que vestían el uniforme de cada una de las tres "fuerzas" (los mismos que hicieron la vieja Ley de Radiodifusión vigente hasta hace unos dias). Ni que hablar de la diferencia entre el sistema D´hont y el sistema del cociente para las elecciones de diputados que hacía años no había ni miras de poder aplicarlos. Pero tras la rendición todo cambió abruptamente. El señor del whisky dió paso al señor que recién hoy está siendo juzgado. Se levantó la veda política y de repente cada uno de los cuatro canales de TV tenía un programa dedicado a la Constitución Nacional. De la nada Instrucción Cívica se convirtió en la materia con más rating.
Fue el año que llegó Albertico a mi curso y del paso por nuestra aula de una chica cinco años más grande que el resto que un dia se fue dando un sonoro portazo.
En noviembre el de Castellano nos sorprendió proponiéndonos una excursión extracurricular y netamente recreativa. Fue maravilloso. Meta sanguchito y coca a la orilla del Río Luján. Después a andar en bote. Grupitos mixtos. Entre los varones un montón quedamos con ampollas. Y después a Parquerama a reventarnos de mareo en los juegos. Nos vino bárbaro como grupo. El duelo por la muerte del Chino nos tiró para abajo. Esta excursión nos levantó.
Sin ser la muerte de nadie la masividad en la ida a Diciembre fue moneda corriente en cuatro materias: dieciseis de los veintipico se fueron a examen en Física, Matemáticas, Instrucción Cívica y, como siempre, Contabilidad. Menos en Matemáticas yo me anoté en todas.
Sobre finales de año ya habíamos comenzado con la seguidillas de brindis. De casi todos ellos tengo el mismo recuerdo: "salud, y que el año que viene sea mejor, porque este fue una mierda"
Tema 1, tema 2
Tercer año
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2 hablaron:
eltiemponopasa:
Mirando ese año a la distancia,fue terriblemente espantoso.
Yo lo sentí como un año poco común tratando de superar nuestro acercamiento adolescente con la muerte; algo inconcebible para un chico de 15 años.
Jamás podré olvidar las palabras de la profesora de Instrucción Cívica, quién, cuando nos reincorporamos al Colegio, dijo: "jamás se vayan de sus casas sin despedirse. Es un golpe muy fuerte para todos Uds., pero lo podrán superar".
El acompañamiento y contención de nuestra preceptora estrella, y la carta de nuestro profesor de Lengua y Literatura, quién nos acompaño desde lo humano en todo momento.
Apesar de ello, creo que algunos profesores se olvidaron de lo sucedido e hicieron con nosotros una masacre,(me refiero a lo curricular).
Creo, personalmente, que estos hechos que relatás nos unieron aún más.
Lo único valioso de ese año, fue el levantamiento de la veda política y el sueño de un país democrático(qué no conocíamos)...
Fue un año terrible para todos, los acontecimientos sucedidos, la inexperiencia, quizás para poder sobrellevarlos, y el descuido en los estudios, en lo personal de haber llevado entre 1 y 2 materias por año, tercero fué espantoso con 5 materias a Diciembre, un bajón, del que pude salir del todo ileso, pero con 2 previas.. el objetivo se había cumplido había podido pasar a 4to...
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