Una dulzura


Siempre recuerdo que en mis primeros días en el multitudinario 2do 2da pasaba gran parte del tiempo observando a mis compañeros para intentar entender de a poco quién era quien. Había dos chicas a las que inicialmente llamaba "las mellizas" porque, sinceramente, las veía muy parecidas. Con el tiempo aprendí a diferenciarlas. De una ya he hablado. Hoy hablaré de la otra.
De voz suave, agradable, muy femenina. A Viviana siempre le caí bien. Me festejaba las bromas (que no siempre eran para festejar) y tuvo conmigo en segundo año un gesto que nunca voy a olvidar. Tras el incidente que tuve con dos compañeras mi situación respecto del grupo no era el mejor, sobre todo en relación a las chicas. Al contrario de lo que todas hacían Viviana me invitó a su cumpleaños de 15. Aun cuando parte de mi castigo consistió en que me prohibieran ir a ese cumpleaños, su convite me hizo sentir claramente incluído.
Su sensibilidad supo hacerse poesía y allá por tercer año se publicaba en el periódico escolar su "Tristeza" cuya primer estrofa decía:

Caminando estoy
por la tarde gris
sé que una mañana
como flor temprana
te veré venir

Creo no haberme juntado con ella a estudiar o a "hacer equipo" pero si la recuerdo en montones de cuestiones extra escolares, como las idas a Quilmes, la modesta salida del día de la primavera en cuarto año, una excursión de un grupito a las piletas de Ruta Sol, el dia del amigo de quinto año, mateadas dominicales en su casa, siniestras sesiones de El Juego de la Copa, la compra de los buzos, etc.
Durante cuarto año la ubicación de nuestros bancos me permitía mirarla a discreción. La amé en secreto todo ese año. Un secreto a voces para toda mi división. Nunca me dio bola pero tampoco se cerró a una relación de amistad y compañerismo. En quinto año caímos del mismo lado de la pared en la repartija del curso. A mitad de año ganó la prenda de baile de Feliz Domingo junto al menor de los Gustavos humillando a los competidores. A pesar de mi insistencia nunca quiso anotarse para el concurso de las secretarias, como sí lo hizo Liliana.
Al año siguiente de terminar el secundario me escribió una carta mientras yo hacía unos dias de colimba junto a su primo Rubén en Puerto Belgrano. Allí me dibujó arriba de un barco con una leyenda que decía: "vos sos el marinerito niño bonito del regimiento". Junto con Graciela hizo el magisterio y hoy trabaja en uno de esos colegios donde es necesario tener una fuerte vocación y amor por la tarea para no desesperar.
Dicen las malas lenguas que su actual padecimiento en la rodilla tiene el mismo origen que mis dolores en el ciático. Será?

3 hablaron:

Anónimo dijo...
18 de noviembre de 2009, 20:18

Ni siquiera tu mejor amigo sabía que la habías amado no solo en secreto sino también en silencio !!!
EDU

Anónimo dijo...
19 de noviembre de 2009, 1:56

Eltiemponopasa: egresado:¿ Cómo qué era un secreto a viva voz, si nadie estaba enterado?, o por lo menos me estoy enterando de esto 25 años después!!!

ANA dijo...
20 de noviembre de 2009, 19:13

Yo me enteré el domingo 8 cuando terminó nuestra fiesta reencuentro y egresado subió al auto de Edu donde estábamos LILI, VIVI Y YO, y medio en pedo confesó todo...nos quedamos anonadados!!!