Husmeando mi carpeta y mi boletín de quinto año recordé una materia (y su correspondiente docente) que casi había olvidado. Es una de esas materias que no desapareció pero que se reformuló en la nefasta "reforma educativa" de los 90. Por lo que veo en el plan de estudios actual hasta se desdobló o parte de sus contenidos se fusionaron con otras materias desaparecidas de la vieja curricula del perito mercantil.
Tediosas como pocas las clases de esta materia tenían una particularidad: podían ser dadas por cualquiera. Un docente del area, un docente de otra area, la preceptora, la portera, en fin, cualquier persona que supiera leer en voz alta. No recuerdo una explicaciòn, no recuerdo un solo concepto que haya logrado entender tras un proceso de aprendizaje. Solo recuerdo aburrimiento, hastío, ganas de que termine la hora. La profesora parada, dictaba, todos escribían y las clases no eran mucho más que eso.
A poco de andar me di cuenta que esas horas de clase se podían aprovechar haciendo tareas para otras materias o leyendo aquello que no habíamos leido en casa y que en otra hora algun profesor iba a tomar. Otra buena opción era leer la Toco y Canto o la Canta Rock. Luego del viaje a Bariloche las horas con esta profesora eran ideales para escribirles cartas a "los de Monte Grande" o escribir nuestras propias crónicas de viaje.
Arranqué mal con esta materia. De entrada un 4, que levanté con un 9 para quedar 6.50 en el primer trimestre. En el segundo trimestre la fiebre barilochense hizo que las energías se destinasen a otros fines lo que provocó que para el último trimestre necesitara un 9 para no llevármela. Todavía tengo la prueba donde tras contestar todo literalmente, todo de memoria, todo del machete que era una copia de lo que Mamerta dictaba (que era una copia de un libro) le puse al lado de mi firma "con cariño para una gran profesora", y lo de "gran" profesora iba con toda la ironía.
Un dia, a instancias de alguien que se sentaba también por atrás, descubrimos el secreto de Mamerta. Apareció alguien con un libro. Ella nunca nos había pedido comprar libro; solo nos manejábamos con lo que ella dictaba, con su voz monocorde, inexpresiva como las voces de las alarmas de autos o los ascensores esos que hablan. Y ahì nos dimos cuenta de que Mamerta dictaba todo de un libro, siempre del mismo y que las preguntas de sus exámenes eran las que estaban en la "guia de preguntas" al final de cada unidad. Con razon nos decía que no compráramos libro!. Sabes una cosa, Mamerta? Preguntame lo que quieras en la prueba total ese 9 me lo voy a sacar. Total ya sé que tus estrategias pedagógicas son limitadas y solo me preguntarás lo que en el libro se pregunta. Y así fue. Me saqué un 9 y aprobé.
Mientras estuve en la facultad trabajé varios años en una cooperativa estudiantil cuya principal actividad era la administración y explotación de un bar con dos sedes. Todos hacíamos todo, desde limipiar el piso y servir café hasta calcular costos, fijar precios y pagar sueldos. Ahì pude aplicar cosas aprendidas en la escuela en Matemática Financiera o en Contabilidad. Lo otro, que era mucho, lo aprendí sobre la marcha. Porque aunque me lo deberían haber enseñado en la escuela tenía en esa materia una docente tan insípida que a nada de lo que me dictó (porque nada me enseñó) le presté atención.
En mi rol actual de docente de secundario no sé si me parezco a alguno de mis profesores pero tengo en claro a quién no me parezco ni quiero parecerme y Mamerta es uno de ellos.
Tediosas como pocas las clases de esta materia tenían una particularidad: podían ser dadas por cualquiera. Un docente del area, un docente de otra area, la preceptora, la portera, en fin, cualquier persona que supiera leer en voz alta. No recuerdo una explicaciòn, no recuerdo un solo concepto que haya logrado entender tras un proceso de aprendizaje. Solo recuerdo aburrimiento, hastío, ganas de que termine la hora. La profesora parada, dictaba, todos escribían y las clases no eran mucho más que eso.
A poco de andar me di cuenta que esas horas de clase se podían aprovechar haciendo tareas para otras materias o leyendo aquello que no habíamos leido en casa y que en otra hora algun profesor iba a tomar. Otra buena opción era leer la Toco y Canto o la Canta Rock. Luego del viaje a Bariloche las horas con esta profesora eran ideales para escribirles cartas a "los de Monte Grande" o escribir nuestras propias crónicas de viaje.
Arranqué mal con esta materia. De entrada un 4, que levanté con un 9 para quedar 6.50 en el primer trimestre. En el segundo trimestre la fiebre barilochense hizo que las energías se destinasen a otros fines lo que provocó que para el último trimestre necesitara un 9 para no llevármela. Todavía tengo la prueba donde tras contestar todo literalmente, todo de memoria, todo del machete que era una copia de lo que Mamerta dictaba (que era una copia de un libro) le puse al lado de mi firma "con cariño para una gran profesora", y lo de "gran" profesora iba con toda la ironía.
Un dia, a instancias de alguien que se sentaba también por atrás, descubrimos el secreto de Mamerta. Apareció alguien con un libro. Ella nunca nos había pedido comprar libro; solo nos manejábamos con lo que ella dictaba, con su voz monocorde, inexpresiva como las voces de las alarmas de autos o los ascensores esos que hablan. Y ahì nos dimos cuenta de que Mamerta dictaba todo de un libro, siempre del mismo y que las preguntas de sus exámenes eran las que estaban en la "guia de preguntas" al final de cada unidad. Con razon nos decía que no compráramos libro!. Sabes una cosa, Mamerta? Preguntame lo que quieras en la prueba total ese 9 me lo voy a sacar. Total ya sé que tus estrategias pedagógicas son limitadas y solo me preguntarás lo que en el libro se pregunta. Y así fue. Me saqué un 9 y aprobé.
Mientras estuve en la facultad trabajé varios años en una cooperativa estudiantil cuya principal actividad era la administración y explotación de un bar con dos sedes. Todos hacíamos todo, desde limipiar el piso y servir café hasta calcular costos, fijar precios y pagar sueldos. Ahì pude aplicar cosas aprendidas en la escuela en Matemática Financiera o en Contabilidad. Lo otro, que era mucho, lo aprendí sobre la marcha. Porque aunque me lo deberían haber enseñado en la escuela tenía en esa materia una docente tan insípida que a nada de lo que me dictó (porque nada me enseñó) le presté atención.
En mi rol actual de docente de secundario no sé si me parezco a alguno de mis profesores pero tengo en claro a quién no me parezco ni quiero parecerme y Mamerta es uno de ellos.
4 hablaron:
eltiemponopasa:
Mirá si habrá profesores que no dejan huella alguna en sus alumnos que no recuerdo ni su cara, ni su nombre, ni nada de ella...
Ni me acordaba que existía esa materia, lo que sé muy bien es que no me la llevé; ahora me pregunto: ¿cómo puede ser?. Si ella dictaba tanto, donde escribía y de donde estudiaba??? Si en quinto ni carpeta tenía!!!!
En una de esos tantos dictados interesantes una compañera morocha se quedaba sin hoja y a los gritos suplicaba una. Yo paré de copiar y le dí la hoja, ella mirándola con desprecio me dijo "no, yo uso RIVADAVIA"!!! estallé en un grito...no lo podía creer...yo escribía hasta en papel madera , le dije cosas feas ...pero hoy nos acordamos con mi compañera de banco y nos reímos mucho...
eltiemponopasa:
¡ Cómo olvidar semejante actitud! hojas exito o gloria no eran aceptadas en préstamo por esta compañera , ya que ella devolvía Rivadavia!!!!!.
Ella tenía una carpeta envidiablemente prolija, a diferencia de las dos colgadas de atrás!!!!!!!!!!!!!
Tuvimos esa profe? qué materia daba? se llamaba Mamerta???
Y la profe de historia de 3r0, como se llamaba? Si mal no recuerdo era bastannnnteeee facha, no?
Marisa
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