Experta en maquillaje


Si bien mi curso nunca tuvo como docente a la rectora del colegio tal vez haya sido el único que tuvo el lujo de tener a las tres "señoritas". Las tres vicerrectoras estuvieron al frente de alguna materia en mi división. Una ex monja que en primer año formó moral y civicamente a mis compañeros, La Negra que nos dió Historia en segundo y por último en Matemáticas de tercero a la otra que, aunque señorita como las dos primeras, suponemos (y por su bien deseamos que así haya sido) le había conocido la cara a dios.
Antes de mi ingreso al colegio tenía a cargo el "rancho", el viejo anexo de Salta y Juncal, donde más de una vez mi vieja tuvo que verla por cuestiones relacionadas a mi hermano al que, a diferencia del resto del staff, solía consentir. Allí era conocida como "la bicho", apodo que sin éxito traté de popularizar entre mis compañeros. Algunos le decían "batichica", no tanto por su cuerpo sino por los disfraces que usaba para vestirlo. Su estética en cuestión de maquillaje y accesorios hoy se la conoce como almodovariana.
En tercer año nos dió con un caño. De por si tercero comercial era pesadito, con doce materias y séptima hora todos los dias menos uno. Y esta mujer, que en dos segundos borraba el pizarrón y en tres te lo llenaba de una super fórmula, mandaba ejercicios y ejercicios. A la hora de poner notas hizo una masacre. Fue una de las cuatro materias en las que se fueron a exámen 16 de entre 23 o 24 que éramos. A un par les quedó previa.
Su voz y su modo de hablar eran algo cómicos. Imitada hasta el hartazgo por muchos compañeros. "Noo no no nononono" decía ante algún error.
En las múltiples disputas que tuve con la institución nunca me atacó ni me mandó al muere. Hasta estuvo claramente de mi lado en el episodio en que un profesor me pegó un cachetazo. En esa ocasión, al recibir a mi viejo en la rectoría le dijo delante de La Negra "usted es tan buen mozo como sus hijos", zarpándose y a la vez marcando la diferencia respecto de sus mojigatas y reprimidas colegas.
Durante segundo año solía viajar conmigo y otros en el 239 a la ida, momento en que era posbile cruzarse también con La Negra. A diferencia de ésta en su mirada a los alumnos no había odio, soberbia, distancia ni resentimiento. Saludaba con una sonrisa y daba los buenos dias con cortesía. Sin exagerar, pero dejando claro que hasta ahí era una pasajera más y que recién al llegar al colegio iba a ser la temible profesora de Matemáticas.
Cuando visité Campo Ramón me mostraron una foto suya descubriendo una placa. Viajó para los 50 años de la fundacion de la escuela y es recordada con mucho cariño. Hasta me dijeron que había sido afortunado por tenerla no ya de autoridad sino como profesora. No sé si tanto, la verdad! Pero comparándola con sus dos compañeras de cargo no hay mucho que pensar.

1 hablaron:

Anónimo dijo...
29 de octubre de 2009, 12:32

eltiemponopasa:
A no olvidar el repiqueteo de sus zapatos taco aguja!!!!.
¡Qué personaje inolvidable!